#Day227 04 Sep
Shirahama
Tenía ganas de conocer el Japón más auténtico, el del día a día con gente local y no turistas u occidentales. Compre un billete a Shirahama sin saber muy bien que me iba a encontrar o que iba hacer en esta pequeña población 160 km al sur de Osaka en la prefectura de Wakayama.
En verano es un hervidero de turistas playeros pero que una vez acabada la temporada (los japoneses solo van a la playa desde mediados de julio al 31 de agosto, ese es su periodo de baño en el mar) se convierte en un apacible pueblo costero.
No me equivocaba, Shirahama me ha dado lo que buscaba y lo ha sobrepasado con creces. Cada vez paso más de las grandes ciudades, de los highlights de las guías, de los monumentos top que no te puedes perder o de las recomendaciones de revistas o blogs. Lo que busco es vivir el día a día, hablar con el tendero de la esquina, pasear en bicicleta por el puerto, comprar en el súper local e ir a la playa a darme un baño matutino y conocer e imaginar las vidas de las personas que viven ahí. No le pido nada más al camino. Los templos, monumentos, museos y edificios seguirán ahí cuando nos vayamos pero las personas no. Me gusta invertir mi tiempo con las personas, me llena más la conversación con un señor en la puerta de su negocio que el templo más antiguo y más grande.
A estas alturas del viaje, ya no quiero conocer más templos, lo que quiero es hacer kilómetros y pararme en cada esquina a observar, a ver pasar la vida.
Me quede en una casa tradicional japonesa reconvertida en guest house de 4 habitaciones, conocí a Takami, su dueña y a Cger, su amigo y artista, y a los amigos de Cger, Soma, que tiene el Rise Beach Cafe, Hawai style y a su otro amigo de la Yakuza, Tatuye y su novia Leica que trabaja en Pachinco, casino y sala de juegos japonesa.
Cocinamos juntos tortilla de patata vs Okonomiyaki, les hice gazpacho y fliparon, estuvimos cada día en un Onsen diferente, uno de ellos en la misma orilla del mar, las olas entrando a las piscinas de aguas termales y viendo la puesta de sol, nunca olvidaré esa estampa.
Salimos de tapeo japonés y estuvimos de cervezas hawaianas en el Rise Beach de Soma viendo como Cger pintaba un mural y terminamos en el restaurante del padre del amigo de Cger a las 2 de la mañana comiendo el mejor atún que he probado en Japón y bebiendo Asahi. El atún en todas sus variantes, encebollado, teriyaki y sashimi. Unagi (Anguila japonesa,) Sushi, Ramen y Omuraisu (tortilla de arroz) completaron el menú al que nos invitó su padre.

喜多勝ラーメン Restaurante del padre de Tatuye

喜多勝ラーメン Restaurante del padre de Tatuye
Gran fin de semana lleno de momentos impagables y nuevos amigos. Gracias Japón.