#Day184 23 Jul
Cebu – Tagbilaran – Dumaguete – Apo Island – Siquior
Ya en el barco de Surigao a Cebu había decidido poner rumbo hacia el noroeste de Filipinas. Dirigiendo mi camino hacia Manila, ciudad que seria mi puerta de salida del país aún sin saber cuando.
La renovación de mi visa de 30 días a punto de caducar será una prioridad a mi llegada a Puerto Princesa en la isla de Palawan.
Para no adelantar acontecimientos tras día y medio de viaje y varios medios de trasporte entre los cuales hay 3 ferries y una bangksa( pequeña embarcación made in Filipinas) llego a Dumeguete con el único propósito de ir a bucear a uno de los mejores lugares de todo Filipinas, Apo Island.
En la recepción del hostel en Dumeguete conoceré a Cristina y Judit, dos catalanas de vacaciones por Filipinas y con las que decidimos poner rumbo a la isla. En la pequeña embarcación que nos lleva a Apo Island se nos unirán al grupo Ursula y Robert también de Barcelona y con los que enseguida conectamos. La isla solo tiene un par de alojamientos y optamos por el más económico y el que tiene el centro de buceo, el Liberty Lodge Dive Center. En el centro de buceo hay un vasco llamado Aitor con el que compartiremos muchas batallitas despues de bucear.
En sitios así es donde realmente aprecias las maravillas que esconde este país, una pequeña isla de 12 hectáreas y donde apenas viven 700 personas.
Por la tarde y ya pensando en la hora de la cena, en la misma playa preguntamos a una señora si tiene algo pescado, nos sorprende con un jurel de 3 kilos y medio por apenas 200 pesos el kilo, indudablemente más fresco no puede ser, en la isla no hay luz eléctrica durante el día, solo de 6 a 10 de la noche por lo que no hay frigoríficos.
Los siguientes días los pasaremos en la vecina Isla de Siquior, de ruta con las scooters por las montañas, metiéndonos en cuevas con escasas medidas de seguridad y bañándonos en ríos y cascadas color turquesa.
Si algo he aprendido en este viaje es a decir ‘hola’ y ‘adiós’. Innumerables personas a lo largo del camino han ido formando parte de mi experiencia. Compañeros de viaje o gente anónima se convierten de repente en un mejor amigo con el que compartir rutas, transportes, comida o cervezas.
Viajar solo no es estar solo, viajar solo es ser libre para decidir tu camino sin consultar ni consensuar con nadie, unirte a otros viajeros cuando quieras y el tiempo que quieras, seguir tu propio camino sin tener que seguir el de nadie, la libertad de conocer a gente sin refugiarte en la zona de confort que representa una pareja o un grupo. Ser libre.
Excelente párrafo de cierre… 😉
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Viniendo de ti todo un halago…😊😊
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